El ojo seco es una enfermedad multifactorial y es más prevalente con la edad. Existen muchas causas y factores de riesgo para padecer ojo seco. Algunas de ellas son:
Los estragos son muy variados, pero entre los más frecuentes están: Estos síntomas suelen empeorar en ambientes con humo, polvo, aire acondicionado, viento o poca humedad.
Si estos tratamientos se tornan insuficientes se pueden realizar procedimientos quirúrgicos para mejorar la superficie ocular, como los tapones lagrimales (tapones que se colocan en el sistema de drenaje de la lágrima para que esta se mantenga mas tiempo hidratando el ojo).
¿QUÉ ES?
La sequedad ocular o síndrome de ojo seco es uno de los trastornos oculares más frecuentes. Los síntomas aparecen cuando el ojo no produce la suficiente cantidad de lágrima o estas no tienen los componentes necesarios para hidratar y lubricar el ojo.
Muchos pacientes con ojo seco se quejan de lagrimeo, esto se debe a que la producción de secreción para compensar la resequedad no aporta los componentes necesarios y el ojo permanece sin lubricar a pesar de mayor producción acuosa de lágrima.
¿POR QUÉ SE PRODUCE?
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS?
¿CÓMO SE TRATA?
La sequedad ocular es una enfermedad crónica, lenta y progresiva por lo que su tratamiento se debe planificar a largo plazo. Se debe encaminar el cambio en los factores desencadenantes como:
Además se necesita medicación tópica y sistémico según la gravedad de la enfermedad
Lágrimas artificiales que consigan estabilizar la mucosa, hidratar y lubrificar.
Tratamiento antiinflamatorio
Ingesta en la dieta de ácidos grasos esenciales, omega 6 y 3.
Sustitutos biológicos de la lágrima como el suero autólogo (mediante la extracción de sangre del paciente se fabrica un colirio de suero que contiene sustancias que mejoran la lubricación y disminuyen la inflamación)